La
Poesía
es
como aquellos actos que
hacemos de noche cuando yacemos
en el lecho profundamente
dormidos
-verbigracia:
esconder el aterido pie
bajo la sábana, sosegar un álgido escozor
ventral o
dar la espalda a una
impertinente luz-.
La
Poesía es
semejante a tales acciones, diferentes a
los sueños, pero
igualmente maravillosas,
realizadas
con toda exactitud y
precisión,
aún a ciegas,
como si estuviésemos despiertos
de algún misterioso modo en
medio de los sueños,
o dirigidos por alguien que
habita en nosotros
pero que es mucho más fuerte
y también más sabio.
Actos que
al despertar no recordaremos
ni podremos concebir,
mas
gracias a los cuales
dormimos plácidamente toda la noche
y podemos también
soñar...
Como esos actos,
la Poesía
es.