Hacer el amor es hermoso
como un salto con pértiga.
Tan hermoso cual eterno primer salto
sin saber si al otro lado nos esperan
las piernas abiertas del vacío
o un titular efímero en la página deportiva
de algún vespertino diario de provincia.
Pues el amor es este salto y no
porque el órgano de mi deseo posea
exorbitantes dimensiones de garrocha es obvio
no presumo de tal cosa
Entiendo que en este salto no habrá varilla
que derribar amor mío
sino la soledad del atleta
y la garrocha tu vientre
el estadio vacío
y este fuego que hace de la pértiga una torre
por la que asciendo
y en la que despiertas
aferrando mi grito con los dedos.
Corro entonces por tu cuerpo pista de atletismo
ahora incrusto la garrocha
me elevo cinco metros seis
hexámetros
hasta rozar la dentadura de los ángeles y
batir la marca sin saber cuál marca
mientras la pista suspira victoriosa y derrotada
dormida cae la pértiga
y atleta ebrio rasguño por última vez
estas alturas descendiendo
hasta rebotar vencedor en la olímpica colchoneta
de tus senos.
Por cierto
ningún representante de Guinness vendrá
por este asunto de los records.
El amor y la pértiga
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2 comentarios:
ahora sí hay material de lectura, un abrazo, lizardo
"...o una simbología fálica de excelente factura, como en el poema el amor y la pértiga de mi querido amigo Lizardo. La melodía de un poema es algo controversial, pero puede ir más allá de la metáfora. Yo no considero el amor y la pértiga un poema metafórico.
- Don Godofredo - repliqué- a mí me parece que la melodía de este poema se vuelve algo deficiente en lo del hexámetro, y del libro de Guiness...
- Ha mencionado usted las dos debilidades más grandes de este poema, pero son menores comparadas con su simbolismo. Luego, podemos concluir definitivamente que aquello que hace olvidar a un poema es lo antimelódico y lo que nos hace recordarlo es la melodía que contiene...
(Tomado de "diálogos con un joven poeta")
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