Vosotros sois

Vosotros sois mis padres:

El hombre que con ávidas manos buscaba las nalgas
maternas en noches estrelladas.
La mujer que fascinada contempló las dimensiones
del paterno falo en una noche sin estrellas.

Ese hombre cuya mirada ante
la felicidad y la desdicha es como la mía: tiernísima y

estúpida.
Esa mujer cuyos pezones
no mordí inútilmente aferrándome a la vida.

Mis padres vosotros sois:

Aquel que me sacó de la boca todos los dientes
de leche, y cuya herencia es
el idéntico perfume en los calcetines y en los huesos.

Aquella a la que desgarraron el cordón umbilical que nos
unía
mientras lloraba yo
y despernancada ella sonreía.

Sois vosotros:

Un hombre y una mujer miserables, simples,
maravillosos y banales, a quienes
amo miserablemente, simplemente, maravillosa
y banalmente,
y de quienes heredé la sangre oscura, la lengua
viperina,
la bilis abundante también, y esta mueca de sonrisa
bárbara y siniestra.
Un par de seres extraños entre sí,
extraños ante mí
y a quienes conozco y odio y quiero mucho más
que a un simple par de extraños.

Vosotros sois:
El hombre cuyo pubis se arrugará junto a los flácidos muslos
de mamá y pese a ello
seguirá buscando con manos ávidas aquellos paraísos
desolados.
La mujer que asombrada contemplará al paterno falo cuando
éste llegue a ser tan
tímido y ridículo como el de un niño.

Ese hombre.
Ese hombre de redondo vientre y calvicie dulce, al que
ebrio en el sofá yo vi dormir
y despierto vi soñar y entre sus sueños oí cantar,
balbucear
y eructar.

Esa mujer.
Esa mujer cuyos guisos hirvientes y amorosos han
construido
mi pecho, y cuyos
ojos arrugados, indestructibles quedan en mi recuerdo.

Papá
y mamá:
Dos espíritus que unieron sus ilusiones para formar
una sola gran desilusión.
Dos cuerpos amarillos y decrépitos, entrelazados como la
lejana noche en que se cruzaron
en mi camino para darme estos testículos y esta alma
y estos
recuerdos salobres que jamás podré olvidar.

Papi y mami:
dos seres que cenaron y defecaron y copularon como
cualquier
pareja de hermosos animales salvajes o domésticos.
Un hombre triste. Una mujer sin dientes.
Huérfanos. Quebradizos. Enamorados.
Aguafiestas.

Vosotros sois.

    2 comentarios:

    Unknown dijo...

    Este poema es el que mas me gusto lo vuelvo a leer despues de muchos años.saludos

    Lizardo Cruzado dijo...

    Qué bueno. Saludos, Julio César.