La noche




Era mentira que uno enloqueciera
Y terminase arrancando chispas sin pedernal
Con la mano crispada
O que el pecador se consumiera
Acariciando soledades
En su palma repleta de pelos
Era mentira
Pues tras tantas lunas
La masturbación
No ha agrandado ni
Empequeñecido
Mi tristeza
Sólo a veces me
Despierta en
La oscuridad
La certidumbre de unas
Manchas azules
Que dejé afuera
Y aún resplandecen
En la noche.


(Publicado en una revista no recuerdo cuándo).

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